Entrevistamos a Joaquín Araújo, autor de Cultivar encuentros con la Tierra

CACERES. 3-6-06. JUAQUIN ARAUJO EN SU FINCA. FOTO: JOSE RAMON LADRA.9788484765561Hace treinta años Joaquín Araújo escribió su primer libro de divulgación sobre el mundo rural, Cultivar la tierra, y ahora se amplía y se enriquece con la experiencia de tres décadas dedicado a la Naturaleza, con miles de horas sobre el terreno, un millar de libros leídos y una intensa agenda de conferencias sobre seguridad alimentaria.

– ¿Cómo describirías Cultivar, Encuentros con la Tierra?

Confluyen en este libro muchos de los aspectos que más admiro y me fascinan. Para empezar resume buena parte de mi preocupación por la continuidad de la vida. Algo imposible sin entender como funciona, y la huerta es la mejor maestra de educación ambiental que conozco. Es también un manual de agricultura ecológica. Pero no menos una crítica a los sistemas productivos hoy convencionales. También es un canto al paso del tiempo y la incesantes renovaciones que nos trae. Todo el libro está organizado a partir de lo que se pude hacer y ver cada uno de los meses del año. Sin descartar la notable dosis de poesía que aflora en muchos párrafos.

– ¿Agricultura biológica? ¿Agricultura natural? ¿Agricultura biodinámica? O ¿Agricultura ecológica?

Eludiendo la perversión de los matices y las rivalidades que demasiadas veces suscitan los nombres, yo prefiero el término ecológico. Acaso por ser el más cercano a la comprensión del público en general.

– ¿A qué tipo de lector está dirigido?

Principalmente a quienes pretendan iniciarse en el cultivo de la tierra. En estos momentos no son pocos los que quieren aligerar el peso de la crisis con auto consumo. A los que ya practican la agricultura ecológica también puede venirles bien refrescar conocimientos. Cabe sumar a cualquier interesado por la naturaleza en general por la mucha información de tipo fenológico que aparece.

– ¿Cuál es la «agenda de las labores del campo»?

Tan importante como saber hacer algo es proceder en el momento oportuno. La Natura cumple con todas sus citas. Una de las destrezas de la cultura rural fue coordinarse con los ciclos básicos para la continuidad de la vida. Esto se ha perdido en gran medida por la tecnología, el forzado bajo invernadero y los agentes químicos. Cuando te sincronizas con lo espontáneo aparece el ritmo…

– ¿Cuáles son los pilares de la agricultura actual?

Una descomunal traición a lo que precisamente significa la palabra, es decir el cuidado de la tierra. Ahora se busca la comodidad y la velocidad en todos los procesos con lo que descarrilan precisamente los sistemas naturales y se desmorona la sabiduría que ejerció la cultura rural. Por si eso fuera poco casi todo lo que tiene que ver con el mercado es una disparatada injusticia.

– ¿Qué te aporta la contemplación de los principales acontecimientos de los ciclos naturales que describes en el libro?

Lo mismo que el riego a las plantas. Me llena, me hace crecer, me permiten el supremo placer de la contemplación que es lo único por completo inocente que puede hacer un ser  humano. Es más, me ha permitido escribir centenares de descripciones para todos los medios de comunicación y el mundo editorial, claro.

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